
Nuevamente, una tarde aciaga para el Betis en  lo deportivo, tras perder en Villarreal, de esas en las que lo normal sería que  no volviera uno a casa, casi a la una del madrugada, un poco más bético de lo  que salió allá por las doce del mediodía. Pero así ha sido. ¿Por qué?  Pues, básicamente, porque hay predisposición a ello, por mucho que a veces  queramos hacer ver que no es así.
En un día que uno elige para ir de paseo con 
unos amigos, lejos de la ciudad del Betis y sin que el tema futbolístico tenga 
nada que ver en el propósito del viaje, el Betis se aparece, esta vez detrás de 
una barra. Llegados más o menos temprano a El Puerto de Santa María (cuando 
decimos temprano no queremos señalar ninguna hora, que temprano, como casi todo, 
es un término muy relativo según quien lo use. Así pues, recojamos dentro del 
término temprano a esos momentos del día en los que alguno de los compañeros de 
viaje aún prefiere tomarse un café con leche antes que tomarse una cerveza) y en 
vista de lo desapacible del día (viento y lluvia), nos metemos en un pequeño bar 
("El Chino"), donde una vez instalados en la barra, nos llama la atención una 
preciosa foto de unos jovencísimos 
Capi y Joaquín celebrando un gol vestidos con el 
uniforme de las trece barras. Un poco más alla, la mítica camiseta del Betis, 
con el 17 a la espalda y el nombre de Joaquín, enmarcada, y adornada con una 
bufanda bética. Un rato después, aparece un joven, el camarero y entonces uno de 
los 4 que estábamos esperando se queda mirando al camarero y dice: "Quillo, este 
tío tiene toa la cara del Joaquín". Un rato después le pregunta, y resulta que 
sí, que es el hermano mayor de Joaquín. En vista del interés que ve que suscita, 
nos cuenta algunas anécdotas, nos enseña algún video que lleva en el móvil de la 
etapa en verdiblanco de su hermano pequeño, y nos revela alguna que otra 
curiosidad, como por ejemplo que él jugó en el Betis antes que el Joaqui (¡Qué 
bueno era y es!), y que de hecho, fue él el que llevó a su hermano a la ciudad 
deportiva del Betis por primera vez. Así, salimos de este pequeño santuario 
"joaquinista" como la vida misma, y aún, antes de volver de El Puerto nos da 
tiempo de ver a Oli, quien fuera combativo y sacrificado delantero de nuestro 
equipo, así como preparador del equipo filial, con lo que nos da tiempo de 
volvernos a la ciudad del Betis un poco más béticos de lo que 
salimos.
Eso sí, volviendo ya tarde, me acuerdo, "Hoy 
jugaba el Betis a las seis y son ya las 8 y pico, vamos a ver como ha quedao". Y 
sí, esta vez en Villarreal, hemos perdido. Pero ya se sabe, que al igual que 
cuando alguien señala al cielo, siempre hay un tonto que mira al dedo, cuando 
alguien señala al Betis, siempre hay un tonto que mira al marcador. Y está claro 
que el ambos casos no se enteran de nada.
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