viernes, 30 de diciembre de 2011

Final de 2011 (Mediados del 76).

Estimados béticos del Universo (y también a los de fuera del Universo, especialmente a los del cuarto anillo).
Subidos en nuestro planeta completamos una nueva vuelta al Sol, al parecer la número 2011 desde que decidieron empezar a contarlas. Aunque los béticos, bien podríamos haber elegido el 6 de Abril 1935 como día cero de nuestra era (andaríamos ahora a tres meses y pocos días de empezar el año 77), y Arcos de Jalón (Soria) como lugar donde situar nuestro portal, allí donde nació, estando de paso, el humilde bético a quien este año que acaba me dio la oportunidad de conocer. Luis del Sol, cuyo nombre sirve también hoy para nombrar la ciudad deportiva del Betis, lo cual es un acierto absoluto, porque no se me ocurre mejor ejemplo para la cantera, para los chavales que entrenan allí todos los días, que D. Luis. Un ejemplo de generosidad en el terreno de juego, según cuentan los que le vieron jugar, un futbolista inmenso, incansable, entregado a el equipo y a los compañeros, y eso sí, una persona humilde y discreta fuera de los terrenos. Tuve la ocasión de saludar y charlar con él apenas unos minutos. Y claro, en un mundo donde a las estrellas del fútbol se las asocia con anuncios de carísimos perfumes, con gafas de sol costosísimas y otra serie de artículos en los que aquellos con déficit de educación, formación y personalidad pueden gastarse los euros a centenares para compensarlo, charlar un rato con D. Luis, a quien como mucho podemos asociar con la imagen de un niño pequeño esperando impaciente en la cocina a que su abuela le dé para merendar unos exquisitos trozos de pan frito con azúcar no es sólo reconfortante para un bético que se encuentra con un futbolista, entrenador, secretario técnico, figura y emblema de su equipo, es reconfortante, en general, para cualquier ser humano que sepa apreciar lo que significa estar al lado de alguien que ha hecho cosas realmente grandes. D. Luis, que no sólo demostró su valía profesional en nuestro Betis, sino que también contribuyó a que otros equipos soñaran, por momentos, con ser casi tan grandes y tan mágicos como nosotros (Real Madrid, Inter de Milán, AS Roma, selección española ó CD Utrera), que ha ganado Copas de Europa, ligas, Eurocopas, que ha impartido lecciones de fútbol y de vida en la ciudad deportiva que ahora lleva su nombre y que debe seguir siendo uno de los grandes referentes para todos los béticos, los trabajan en las oficinas del club, en el terreno de juego, en las gradas o al otro lado de la televisión o de la radio. El hecho de haberlo conocido en persona es otro de esos pequeños detalles que hacen que, para uno de los miembros de la Peña Bética de Escocia, el año que acaba haya sido un año un poco mejor.
POL.

sábado, 17 de diciembre de 2011


Estos días se cumple un año de la inauguración de la Peña Bética Escocesa “No busques más que no hay”.  En aquellas frías fechas el Betis estaba  cumpliendo su segunda temporada consecutiva en la segunda división del fútbol español y tras unos meses de llamadas, papeleo y muchas risas, conseguimos hacer una inauguración modesta pero divertida y ligerita. Aquel día se oyó en Escocia la mítica canción de Silvio Fernández Melgarejo y unos cuantos béticos tuvieron la oportunidad de conocerse y de volver a comprobar que, una vez más, no estaban solos.
Al no disponer de ningún tipo de medios ni económicos ni de ninguna otra índole, más allá de la ilusión que le pusimos a este proyecto, no hemos podido hacer fastuosas entregas de premios, ni fiestas de aniversario ahora que cumplimos un año. Sin embargo en estos doce meses hemos tenido la suerte de acudir al Benito Villamarín el día que Don Rafael Gordillo, grande entre los grandes, debutaba en casa como Presidente del club. También hemos conseguido tener un lugar de referencia en Edimburgo donde los béticos pueden ir a ver su Betis todos los fines de semana y gracias a esto hemos conocido a gente fantástica, béticos de toda la vida y béticos que aún no sabían que lo eran.

También hemos inaugurado este blog en el cual todos estáis invitados a participar cuando os plazca y desde el cual nos gusta aportar nuestro granito de arena para los béticos que tengan a bien visitarnos.

Muchas gracias  a todos los que han hecho posible todo esto.

¡Viva el Betis manque pierda! (pero que no pierda tanto, coño)

jueves, 8 de diciembre de 2011

Ofú, dijo Darwin

Ofú. Esta es, con total seguridad, la palabra que más se oye en boca de los aficionad@s bétic@s. En las previas de los partidos, durante los partidos, al final de los partidos, al día siguiente de los partidos, cada vez que se va a abrir un periódico por la sección de deportes, al visitar un sitio web de información deportiva, cuando algún telediario termina con la información general y pasa a la sección de deportes (bueno, en este último caso no, ya que en este tipo de emisiones "informativas" sabemos que no habrá tiempo en los 40-45 minutos que suelen durar para hablar de deporte y mucho menos, para hablar del Betis. Se comentarán noticias del tipo: "Reportaje sobre el vello enconado en el pecho de Cristiano Ronaldo tras su última depilación" - 15 min; "Documental sobre las miradas de reojo de Mourinho al nuevo corte de pelo de Sergio Ramos."  15-20 min. etc. etc. Lo cual es un alivio, porque del Betis, casi mejor no escuchar nada últimamente, y menos en boca de infieles.")

En fin, ofú, que iba diciendo. Quizá haya quien pueda pensar que perder siempre duele, pero el caso es que, siendo del Betis, ya uno se ha acostumbrado tanto a las derrotas que éstas ya no menoscaban el ánimo ni la fe de los que seguimos creyendo que ser Bético es una de las pocas cosas serias serias que se puede ser en España. (No quiero ponerme a argumentar esta última afirmación recordando que vivimos en un país en el que se sigue aplaudiendo y venerando a los miembros de una monarquía trincona, a ensotanados enjoyados a los que se toma como referencia moral porque así lo ha querido un ser imaginario que los ha designado como interlocutores de los pobres y desamparados o a profesionales de la política que, con benevolencia, administran tu dinero para quedarse ellos sólo con lo justo para vivir y mantener a algunas generaciones familiares aunque se dé el caso de que, por lo que fuere, tuvieran que dejar de vivir de la política; mientras, desde su superioridad y con tono condescendiente, te recuerdan que has de hacer un esfuerzo algo mayor si quieres que te permitan seguir disfrutando de todo eso que, eso sí, vas a seguir pagando. Creo que no es éste el foro adecuado). Pero aun así, decía, que el dolor que producen las derrotas y contra el que pensábamos estar ya vacunados, anestesiados, ese dolor que se transmite por una parte del sistema nervioso que los béticos ya creíamos totalmente atrofiado gracias a un nuevo paso de la evolución adaptativa (sería materialmente imposible que la especie bética siguiera viviendo y reproduciéndose para asegurar la supervivencia de la susodicha especie si nuestro sistema nervioso no se hubiera vuelto indiferente a ese dolor), a veces vuelve a mostrarse, aunque sea sólo para recordarnos lo que es ese sentimiento. Ocurre cuando por dos semanas seguidas perdemos en el descuento. En el primer caso, en casa y tras remontar un 0 - 2 tras nosecuantos miles de minutos sin marcar un gol, y de repente llega en el descuento un especimen de no sé qué tipo y pega un pelotazo desde 50 metros colando el balón justamente por todo el manquepierda, y el segundo, tras remontar a domicilio, luego de una segunda parte en la que el rival sólo pasa del medio del campo una vez, en el descuento, para que le hagamos una falta cuyo lanzamiento al lado del portero entra exactamente por el mismo sitio que explicamos anteriormente. Estamos en pleno proceso evolutivo adaptativo, y probablemente, generaciones posteriores de béticos, más adaptadas y más evolucionadas sean capaces de sobrevivir mejor a este tipo de circunstancias. Pero a mí se me sigue escapando un Ofú cuando me hacen vivir en estas extremas condiciones.

Ofú, es lo que pienso cuando me confirman mis antiguos compañeros de trabajo que celebramos la típica reunión navideña el sábado 10, a mediodía, cerquita del campo del Betis, para que los que queramos asisitir luego al Betis - Valencia (20:00 horas) podamos hacerlo sin problemas. Ofú. ¿No podíamos haber quedado en algún lugar aislado de los Picos de Europa? A poder ser, sin cobertura para teléfonos móviles, al que no llegue la línea de teléfono, donde no se sintonice ninguna emisora de radio, aislado por carretera y que no salga en el Google Maps. A 25º bajo cero si hace falta. Creo que estoy más preparado para adaptarme, con el mínimo dolor, a esas condiciones. Y además, así me ahorro enterarme de si Cristiano Ronaldo ha cambiado de esmalte de uñas para las vísperas de festivos, porque en el caso de producirse una nueva derrota del Betis, como ya decimos, esta no va a doler.

Ofú.

Moraleja: Todos sabemos que volveremos el sábado al estadio con nuestra ilusión intacta, sabiéndonos seguros de la victoria. Y allí estaremos.

POL.

jueves, 1 de diciembre de 2011

La Peña Bética Escocesa "No busques más que no hay" en Celtic Park

 Parte de la Peña Bética Escocesa "No busques más que no hay" tuvo la fortuna de disfrutar de un partido de de Europa League en el mítico Celtic Park. Fuimos testigos de la victoria del Atlético de Madrid frente al Celtic de Glasgow (0-1) y gozamos de un ambiente futbolero que siempre da gusto vivir. No era el Betis, pero al menos vimos un partido de lo que antes era la Copa de la Uefa en el cual jugaba un equipo verdiblanco que, además, tuvo la amabilidad de dejarse perder para que nosotros nos sintiéramos como en casa.


domingo, 27 de noviembre de 2011

Cronología de un domingo más

11.54am. (Informe de entrega: mensaje enviado). "Aquí estoy en el bar madrileño con la elástica verdiblanca..."
12.46pm. (Mensaje enviado). "0-0 al descanso. La Real ha fallado un penalty, pero no tiene mala pinta del todo..."
13.11pm. (Mensaje enviado). "0-1. Esto tiene muy mala pinta."
13.22pm. (Mensaje enviado). "0-2. A tomarporculo... Manque pierda!"
13.36pm. (Mensaje enviado). "1-2. Avé si hay manera."
13.38pm. (Mensaje recibido). "Iyo ya estoy viéndolo yo también en un bar."
13.41pm. (Llamada perdida, 2-2)
13.55pm. (Llamada entrante). "Iyo qué ruina, después de haber levantao a to los madrileños del bar creyendo que íbamos a remontar. En fin, es lo que hay, pero qué duro ha sido... Te llamo la semana que viene tio. Hasta luego!"

Y la cara de haber pasado una mala noche aun sin haberla pasado es lo único que podía ofrecer al camarero del Atleti que me ponía compasivo una copa de vino.
Aun así después de unas cuantas copas más acompañado de gente con la que, lucky me, no tenía que comentar el partido, me abría la chaqueta a pesar del frío para que se me viera la camiseta. Quizá esperando un "Viva el Betis manque pierda" que me sacara un poco de este maltrago, quizá esperando una sonrisa femenina que me sacara un poco más y mejor de este maltrago... Ni eso.
Ea, otro lunes más sin ver la parte final del telediario, sin leer la prensa deportiva. Porque cuando se vive en soledad se lleva peor. Me río yo del que dice "tú por lo menos no tienes que aguantar a los palanganas". Pero tampoco tengo un compañero-botellín-en-mano para comentar lo bonito que estaba la pradera verdiblanca esta mañana, y sus sinsabores...

 Aunque ser bético siempre tiene su recompensa. Una video-llamada via Skype con un bético afincado en París, aun con las trece barras:
11.23pm. (Llamando). "Jajajaja, ahí está er tio con la camiseta del Betis puesta. Me has alegrado el día!! Qué poquito nos hace falta a los béticos..." 

Wan iyo

lunes, 21 de noviembre de 2011

El Puerto


Nuevamente, una tarde aciaga para el Betis en lo deportivo, tras perder en Villarreal, de esas en las que lo normal sería que no volviera uno a casa, casi a la una del madrugada, un poco más bético de lo que salió allá por las doce del mediodía. Pero así ha sido. ¿Por qué? Pues, básicamente, porque hay predisposición a ello, por mucho que a veces queramos hacer ver que no es así.

En un día que uno elige para ir de paseo con unos amigos, lejos de la ciudad del Betis y sin que el tema futbolístico tenga nada que ver en el propósito del viaje, el Betis se aparece, esta vez detrás de una barra. Llegados más o menos temprano a El Puerto de Santa María (cuando decimos temprano no queremos señalar ninguna hora, que temprano, como casi todo, es un término muy relativo según quien lo use. Así pues, recojamos dentro del término temprano a esos momentos del día en los que alguno de los compañeros de viaje aún prefiere tomarse un café con leche antes que tomarse una cerveza) y en vista de lo desapacible del día (viento y lluvia), nos metemos en un pequeño bar ("El Chino"), donde una vez instalados en la barra, nos llama la atención una preciosa foto de unos jovencísimos

Capi y Joaquín celebrando un gol vestidos con el uniforme de las trece barras. Un poco más alla, la mítica camiseta del Betis, con el 17 a la espalda y el nombre de Joaquín, enmarcada, y adornada con una bufanda bética. Un rato después, aparece un joven, el camarero y entonces uno de los 4 que estábamos esperando se queda mirando al camarero y dice: "Quillo, este tío tiene toa la cara del Joaquín". Un rato después le pregunta, y resulta que sí, que es el hermano mayor de Joaquín. En vista del interés que ve que suscita, nos cuenta algunas anécdotas, nos enseña algún video que lleva en el móvil de la etapa en verdiblanco de su hermano pequeño, y nos revela alguna que otra curiosidad, como por ejemplo que él jugó en el Betis antes que el Joaqui (¡Qué bueno era y es!), y que de hecho, fue él el que llevó a su hermano a la ciudad deportiva del Betis por primera vez. Así, salimos de este pequeño santuario "joaquinista" como la vida misma, y aún, antes de volver de El Puerto nos da tiempo de ver a Oli, quien fuera combativo y sacrificado delantero de nuestro equipo, así como preparador del equipo filial, con lo que nos da tiempo de volvernos a la ciudad del Betis un poco más béticos de lo que salimos.


Eso sí, volviendo ya tarde, me acuerdo, "Hoy jugaba el Betis a las seis y son ya las 8 y pico, vamos a ver como ha quedao". Y sí, esta vez en Villarreal, hemos perdido. Pero ya se sabe, que al igual que cuando alguien señala al cielo, siempre hay un tonto que mira al dedo, cuando alguien señala al Betis, siempre hay un tonto que mira al marcador. Y está claro que el ambos casos no se enteran de nada.

martes, 8 de noviembre de 2011

Sir Walter Scott es verdiblanco

Sir Walter Scott
El 29 de mayo de 2005 el Betis jugó en Mallorca el último partido de aquella temporada de la liga regular. Empató a uno con gol de Marcos Assunçao y aquel resultado, acompañado por otros, nos dio la oportunidad de ser el primer club andaluz en jugar la madre de todas las competiciones: la Champions League. Aquella noche me acerqué a la Plaza Nueva de Sevilla para encontrarme con miles de béticos que llevaban años deseosos de celebrar algo. Allí vi de todo: viejos y jóvenes, béticas y béticos felices, banderas, camisetas y bufandas. Me llamó la atención ver un perro de tamaño mediano que llevaba enfundada una elástica verdiblanca. De repente, el señor que evidentemente era su dueño cogió el perro en brazos, como si jamás lo hubiera visto en su vida, al grito de “Es verdiblanco, el perro es verdiblanco”, lo cual provocó que los 50 béticos alrededor del perro bético se unieran a este señor y así estuvieron hasta que se hartaron.
Unos días después de aquello, un once de junio que quedará en la memoria de todos los béticos, el club de las trece barras derrotó a Osasuna en un duelo épico que se resolvió con un gol de un muchacho que decidió jugársela por su cuenta en vez de darle el balón al que ya había marcado el primer gol del choque y estaba destinado a ser ídolo bético Ricardo Oliveira. Diez minutos después el árbitro pitó el final del partido y el beticismo estalló de alegría. No sólo en el Vicente Calderón (¡Arriba, arriba, arriba…!) sino también en Sevilla y en muchos lugares del mundo, en tantos como béticos hay.
Cada uno lo celebró a su forma. Algunos tomaron las calles, otros sufrieron una bajada de tensión y otros se emborracharon sin luces. Aquí, en Edimburgo, hubo un bético que decidió acercarse a la principal calle comercial de la ciudad, Princes Street y no dudó en subirse al Scott Monument, uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, dedicado al gran escritor escocés Sir Walter Scott. Pueden ver el resultado de este arrebato en la foto que acompaña este texto. Así podemos decir que, como el perro, Sir Walter Scott es verdiblanco.
Bético en el exilio

viernes, 4 de noviembre de 2011

¿Y si montamos una peña bética…?

Un domingo de noviembre de 2009 llovía, como no podía ser de otra manera, sobre la pradera de los Meadows. Un partido de fútbol entre amigos desconocidos, una gran ocasión para enfundarse la verdiblanca. Y vaya si llovía… Así que el encuentro se produjo en un pub de Edinburgh, porque no podía ser de otra manera.
Y porque no podía ser de otra manera los dos llevábamos la camiseta del Betis. Ese fue el primer encuentro entre Josemari y Juan. Y aun sin conocernos, esa camiseta transmitía respeto y tranquilidad. La tranquilidad de no estar solo a 2852 kms. de la ciudad del Betis.

Luego llegó el Jinglin´s Geordie, Blue Blazer, Gillespie, rojadirecta, The Antiquary, The Park, una pinta tras otra… Y en medio de esas, una noche de abril de 2010 en el Cuckoo´s Nest, apoyados en la barra llegó la propuesta:
- Illo Josemari, ¿montamos una peña bética?
- Sí, sí, claro, por supuesto.
- Pero en serio.
- Que sí, ¡que por supuesto!
- Jajajajajaja…

Los preparativos fueron en Caledonian Crescent, una visita al Consulado, unas llamadas a la Embajada, unas conversaciones con la Federación de Beñas Béticas, una copa de vino, un poquito de jamón de jabugo, un papeleo, unos contactos en Sevilla, un poquito de caña de lomo, otra copa de vino, muchas risas y “No busques más que no hay”. Porque de eso se trataba, de reírnos y disfrutar de ese beticismo que tan grande nos hace también más allá de las fronteras.

Y así quedaba inaugurada la primera peña bética del Reino Unido un 4 de Diciembre de 2010, entre paisanos, escoceses, mucha nieve, pintas, camisetas verdiblancas… y un par de compañeros y amigos que un dia se encontraron por Edinburgh y decidieron liarla.

Juan Morata

martes, 1 de noviembre de 2011

Empezamos

¡¡¡Amos allá!
Escribir el primer post del blog de la Peña Bética de Escocia no es un asunto sencillo ni banal para este que les escribe. Hubiera sido una tarea más sencilla en aquellos momentos en que el club se encontraba secuestrado, en los que la situación deportiva era exageradamente mala (o excepcionalmente buena), pero ahora, ¿qué contamos? Aunque en realidad, esta es una pregunta retórica, porque conociendo los gustos de, al menos, parte de la directiva de la Peña Bética, creo que tampoco se espera mucho análisis de la realidad del equipo de las trece barras, sino más bien, una mirada a esa otra parte der Beti, que a muchos, como por ejemplo a mí, es la que nos mantiene enganchados ar Beti pese a los continuos desengaños deportivos (pero continuos, 6 desengaños 6, de la ganadería de Ofúquébarbariá).
Ese otro Betis que podemos observar, sin irnos más lejos, en el minuto de silencio que se guardó antes del último partido en casa. Minuto de silencio presidido desde el centro del terreno de juego por Palmerín (esa mascota maravillosa que mantuvo la sobriedad, y al que todos pudimos adivinar la gravedad de su expresión durante los solemnes 60 segundos, aunque él olvidara que la máscara de su disfraz tiene la expresión fija y dibujada), o en noches como la de ayer, en las que recuerdo a un antiguo compañero de trabajo que contaba cómo entre su grupo de amigos ya se ha convertido en tradición celebrar una fiesta (o botellón) en casa de uno de ellos, que tuvo la suerte o la desgracia de llamarse Benjamín, y en la que nunca falta un invitado con la careta del antiguo accionista manolitario. Ese otro Betis, en el que cuando uno de sus delanteros falla el gol que debía darnos la victoria, a puerta vacía, sin oposición, sin nada más fácil que hacer que meterlo, en lugar de un grito de rabia, o de impotencia, nuestro amigo más bético, el que está a nuestro lado viendo el partido con el corazón encogido, deja pasar unos segundos en silencio y suelta un ¡¡Offffffffffffú!! con un tono socarrón que da por abortada cualquier posibilidad de no irse a tomarse una cerveza tras el partido para celebrar que hemos estado viéndolo, y que desde ahora, contamos con el orgullo de tener en nuestras filas al jugador que ha fallado el gol más difícil de fallar de toda la historia del fútbol. Al menos, hasta el domingo que viene. Ese otro Betis que es una parte y un todo de ese sentimiento verdiblanco que la Peña Bética Escocesa está consiguiendo exportar a las verdes y bellas tierras del whisky, el monstruo, el cardo, los tartanes y William Wallace.
POL.